Bosques Miyawaki

El método Miyawaki, desarrollado por el botánico japonés Akira Miyawaki, propone una forma intensiva de restauración ecológica, basada en la regeneración de la estructura original del ecosistema local, utilizando exclusivamente especies nativas. Aunque suele aplicarse en contextos urbanos por su eficiencia en espacios reducidos, decidimos probarlo en el valle serrano, como respuesta a la fuerte invasión de especies exóticas que avanzan con rapidez sobre los ecosistemas degradados.



¿Por qué elegimos este método?

Elegimos probarlo. Creemos que puede ser parte de una estrategia eficaz para recuperar territorios erosionados. Aunque demanda una alta densidad de plantación (alrededor de 3 plantas por m²), esta intensidad inicial acelera el crecimiento, fomenta la competencia entre especies nativas, y les da una ventaja frente a las invasoras. A cambio del esfuerzo extra, ganamos tiempo y resiliencia del sistema.

Antes de plantar, investigamos. Recorrimos montes nativos aún conservados en zonas cercanas, con suelos, exposiciones y altitudes similares. Observamos qué especies emergen espontáneamente, cómo se asocian entre sí, qué densidades se dan, qué formas de vida conviven en los distintos estratos: árboles, arbustos, herbáceas, enredaderas.

Estudiamos también los suelos de esos montes maduros, y los comparamos con los del sitio de plantación. Queríamos entender qué vida microbiana los habita, cuál es su estructura, cómo se transforman con el tiempo. Con toda esa información, diseñamos una paleta diversa y coherente con el entorno.

El bosque semilla

En esta primera experiencia, plantamos 150 ejemplares de 34 especies distintas. Fue un encuentro comunitario, con familia, amigos y vecinos.

La plantación se llevó a cabo en Villa Alpina, en un campo donde venimos trabajando en comunidad en el cuidado de la tierra y sus procesos de regeneración.

Nuestra expectativa es que este pequeño parche de bosque se desarrolle rápidamente, empiece a florecer, atraer aves y pequeños roedores, y que estos, junto al viento y el agua, ayuden a dispersar sus semillas. Lo ubicamos junto a una vertiente, lo que favorece la expansión natural hacia el resto de la cuenca. Con el tiempo, esperamos que este bosque se convierta en un semillero vivo, capaz de regenerar por sí mismo.

Tejido local

Este tipo de iniciativas fortalecen los vínculos en el territorio. Los insumos provienen de proyectos amigos que trabajan en la misma dirección. Convocamos a vecinas y vecinos, y apostamos al trabajo local para llevar adelante las plantaciones. Restaurar el ecosistema también es activar redes y economías en las sierras.

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Peregrinación de la semilla